lunes, 2 de junio de 2008

Trata de personas: La esclavitud de la nueva era

Dibujo realizado por Ramiro
Por Alejandro Azaroff



Qué haría usted si un día se da cuenta que su hija desapareció, que fue secuestrada por un grupo de personas para lucrar con su cuerpo. Cuál sería su reacción si supiera que le hicieron perder la libertad y la dignidad, sometiéndola a prostituirse con cuanto hombre le pusieran delante para satisfacer los bolsillos de sus captores.
Cómo afectaría su vida el hecho de saber que la tienen encerrada, trasladándola de una provincia a otra o fuera del país, y que muchos policías y jueces corruptos son responsables de esa situación y no hacen nada por el sólo hecho de ganar dinero, permitiendo que la impunidad continúe con el negocio y alejándola de la posibilidad de encontrarla.
Estos interrogantes parecen la trama de una telenovela que por cierto existe -Vidas Robadas-, inspirada en la historia real de María Verón, quien fue secuestrada por una red de trata de personas y gracias a que su madre se ocupó y ocupa de buscarla, el ilegal negocio salió a la luz y se instaló como un preocupante tema para la sociedad.
María “Marita” de los Ángeles Verón fue capturada el 3 de abril de 2002 en una ciudad del interior de Tucumán. Gracias a la incesante lucha de su madre, Susana Trimarco, se supo que fue cautiva de una red de trata, cuyo paradero aún se desconoce. Trimarco, en los últimos cinco años, rescató alrededor de 90 chicas explotadas sexualmente y fue galardonada con el Premio Internacional a las Mujeres de Coraje otorgado por Estados Unidos.
Es una situación difícil de imaginar, pero cualquier persona puede ser victima y ser raptada para formar parte como materia prima de un extenso y aberrante negocio. Puede ser secuestrada para trabajar como prostituta, fines de servidumbre, trabajos forzados y para la extracción ilícita de órganos.
Es un delito mundial y después del negocio de las armas y las drogas es el más lucrativo en cuanto a ganancias: en nuestro país se estima la participación de medio millón de personas, lo que implica una gran cantidad de cómplices que trabajan y viven de los derechos y la vida de las personas que secuestran.
En Argentina, en el Senado de la Nación se dio media sanción al proyecto que implica una pena federal para quienes secuestren a personas con el objetivo de explotarlas. Significa que si alguien recluta a una chica para prostituirla, comete delito y puede ser condenado.
La ley abarca la prostitución, la captación con fines de “reducción a servidumbre” o “trabajos forzados”, lo cual la haría aplicable a talleres clandestinos e incluso contempla la eventualidad de que la persona fuese captada para “extracción ilícita de órganos”, lo que vuelve más cruel la realidad.

Presas del deseo y el desamor

La trata de personas con fines de explotación sexual es muy común en la Argentina; en un principio se consideraba al país como un lugar de paso, pero las estadísticas demuestran que se convirtió en una plaza fija y la provincia de Río Negro no está excluida de ese aberrante negocio.
Según Liliana Andaloro, concejal del Frente para la Victoria de la ciudad de Viedma, en la localidad de Sierra Grande y Choele Choel se detectaron menores en situación de esclavitud en sitios donde trabajan con el sexo. Andaloro presentó un proyecto a nivel municipal involucrado en la trata de personas.
En Viedma hay organizaciones que trabajan contra la trata de personas y “AMMAR”, (Asociación de Mujeres Meretrices de la Argentina) es una. Son trabajadoras sexuales que pretenden que se reconozcan los derechos de las mujeres que trabajan con el sexo. Desde esa organización plantean que una de las iniciativas que hay que tener en cuenta para terminar con la trata de personas es terminar con la hipocresía.
En una entrevista con Zulema Cancino, Secretaria General de AMMAR Río Negro se trazó la postura de la Asociación con respecto a la trata.
“Hace tiempo que las trabajadoras sexuales buscamos aportar datos a este tema, que últimamente comenzó a tomar mas impulso, por la lucha que históricamente vienen dando desde los movimientos de mujeres y desde diversas organizaciones políticas y sociales”, comentó Zulema Cancino.
La ex trabajadora sexual explicó que detrás de las redes clandestinas hay mujeres que son victimas de secuestros y torturas y es un negocio que no se puede detener por la falta de legislaciones concretas en nuestro país y por la corrupción que permite el tráfico de personas.
Desde la organización proponen que en la ley se reconozca a las organizaciones sociales a constituirse en parte querellante. “Muchas veces las mujeres victimas de trata y sus familiares tienen miedo de iniciar una causa, eso hace que caiga la persecución penal al tratante”, afirmó Cancino.
Una crítica al proyecto de ley es la falta de especificaciones sobre los alcances de la asistencia, programas de seguimiento y protección a las victimas de trata. “Tiene que ver con el alojamiento a las victimas, la asistencia física y psicológica, las posibilidades de inserción laboral y la conexión con afectos y lugar de origen cuando la mujer lo decida”, remarcó Cancino.
También requiere un mecanismo de protección a la integridad física de la victima ante la amenaza constante de sus captores por volver a secuestrarla. “Hace falta que la ley sea más explicita en el conjunto de prestaciones que deben brindarse a las victimas de trata”, afirmó la Secretaria General de AMMAR Río Negro.
La discusión sobre el consentimiento es falsa, porque en la trata de personas nunca puede haber consentimiento. En el mejor de los casos hay engaño y casi siempre apremio, dominación, abuso, violencia y torturas; después de todo, quién puede estar de acuerdo con ser secuestrado y trabajar para una persona que no lo valora como ser humano y no respeta sus derechos.
Cancino comentó que consideran indispensable que el poder político, legislativo y judicial de todo el país, derogue los artículos de los códigos contravencionales que son utilizados para perseguir a las mujeres que trabajan con el sexo de forma independiente, ya que esos artículos les permiten a los policías corruptos ser cómplices y participes de la red de trata.
Por ultimo, Zulema Cancino manifestó que el principal objetivo es que se acabe con la esclavitud de miles de niños, mujeres y hombres, victimas de una sociedad desigual, injusta e indiferente donde las personas dejan de tener condición de seres humanos para ser tratados como simples mercancías.

La trasgresión amparada en la pasividad

El tráfico de influencias relaciona a los poderosos que están detrás de todo este negocio, formando una red ilegal encargada de secuestrar gente. Los poderosos son aquellas personas -policías, jueces, adinerados, entre otros- que se encargan de tapar cualquier indicio o sospecha sobre la trata de personas.
Después se encuentran los cómplices y responsables que trabajan para los poderosos, aquellos que hacen el trabajo sucio, los que capturan, abusan y amenazan con asesinar a los hijos de aquellas mujeres que secuestran si intentan escaparse de la miserable vida a la que ellos someten.
Tanto el trabajo de las organizaciones como el del Estado mismo es muy complicado ya que tendrían que regular el sistema de extranjerización que ingresa al país, controlar los motivos por los que llegan y también, en el caso de las trabajadoras sexuales, controlar cada cabaret o prostibulo donde se trabaje con el sexo.
Pero la solución es difícil cuando corren tantos intereses de por medio y hay mucha corrupción dando vueltas manejada por personas sin escrúpulos que no tienen un mínimo de conciencia en pensar en lo que están haciendo y en las vidas que están perjudicando.
Es una mafia que apunta a las victimas de escasos recursos, por que saben que sus familiares no tienen los amparos legales y económicos para enfrentar la cuestión y porque saben que muchas de las victimas que se llevan prefieren eso a tener que pasar hambre y no tener trabajo.
Son negocios que nadie ve o nadie quiere ver, acciones ilegales que se encuentran en todo el país pero que nadie investiga y donde se producen las mayores complicidades por parte de los tratantes y también de los clientes que requieren de los servicios de esas mujeres que perdieron su dignidad a través de su cuerpo, humildad e ingenuidad.
Será cuestión de pensar en como combatir a ésta clase nueva de mercenarios de mujeres que sólo piensan en realizar sus negocios escapando de madres desesperadas y ayudados por políticos, jueces y policías inoperantes y una sociedad que aún no reacciona ante los hechos de secuestros.

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